Un corazón que sueña en voz baja,
no te humilles y levántate, abre tus alas
planean dejar tus metas inconclusas
solo tenemos una oportunidad para vivir.
Aquel sueño amedrentaba mi realidad
esa almohada estaba derrotada
solicitaba a gritos exterminar esa lagrima de sangre.
Pero, a caso tenemos derecho a la felicidad?
Mis dedos tembloroso formaron un puño
que osado pretendía desatar grandes cadenas,
esas cadenas de prejuicios y penas,
que mermaban nuestra mirada a un nuevo horizonte.
Aquel sueño iluminaba la esperanza y la razón
golpes y abusos fueron invitados al pasado
esa represión y desigualdad huían temorrosos,
la luna y el sol ahora en la misma condición.
Tengo la sensación que me minitieron
soy capaz, soy inteligente y valiente,
no entiendo por qué lo hicieron,
perverso ego de superioridad.
Con indignación nos revelamos a esa realidad
a pesar de la adversidad y esa limitada caballerosidad
ahora la dueña y señora gobierna
y no es un sueño lejano, e sun presente latinoamericano.
Autor: Andrés Ortiz
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